El sábado pasado, 12 de agosto, medio país estaba de fiesta. Y nosotros también quisimos estarlo, de forma orgininal y sobre todo variada: primero una ceremonia a la que siguió una actuación, ambas con unas horas de diferencia entre sí, saliendo de casa a las cinco de la tarde y regresando no demasiado tarde pero ya de madrugada.
Sin salir de la provincia de Valladolid, primero fuimos a Mucientes, a un lugar lleno de encanto, la Finca la Leyenda en donde siempre nos tratan de forma exquisita. Allí celebraron su enlace un dominicano y una francesa, en una ceremonia en la hubo hasta un brindis con chupitos dirigido por el padre de la novia. Y como cierre por todo lo alto (nunca mejor dicho) tanto novios como invitados realizaron una vistosa suelta de globos.
Una vez finalizada la celebración, y dejando bien envuelto y protegido el certificado del enlace como recuerdo para la pareja, nos cambiamos de traje y la corbata y los gemelos dieron paso al pantalón rojo, la camiseta de rayas y los tirantes. Pusimos rumbo a Castronuño para participar en una iniciativa enmarcada dentro de un amplio programa de actividades que no conocíamos a pesar de celebrar su quinta edición y que nos ha encantado: el Festival Multicultural. Participamos con tres pases de distinta duración intercalados a lo largo de la gala, repleta de música, teatro y humor, para un auditorio completamente entregado. Tanto antes como durante y después, los organizadores, los miembros de Asocastrona, nos trataron de diez.